Formas de intervenir la ciudad, usando la calle como plataforma. Plaza de Ministriles Chica, Lavapiés, 1 de enero de 2016. Carteles de fondo blanco, con unos breves apuntes biográficos a la izquierda, una foto en blanco y negro a la derecha, y una declaración de intenciones debajo de cada foto: en este barrio, “hacer un ejercicio de memoria”: “dar a conocer y valorar” las luchas de “mujeres, bolleras y trans que han constribuido a destrui[r] el poder”. Acción de rescate porque esas acciones no están inscritas en la historia oficial:
A través de los carteles pegados con engrudo sobre las paredes, un sujeto colectivo mujer busca producir un circuito de reconocimiento y valor para esas vidas no normativas dedicadas a la libertad. Al no llevar firma, el peso de los carteles se concentra en el mensaje y en la elección de los lugares: lugares de encuentro. La pequeña plaza de Ministriles Chica (2007), espacio de socialización del barrio:
Debajo del mural que da a la plaza, en la esquina con calle Lavapiés, y compartiendo pared con varios tags, un cartel recuerda a Jill Phipps (1964-1995), activista por la liberación animal. La gente que pasa por la calle invariablemente se detiene a mirar el cartel y lo comenta.
Carteles en las paredes: detener el paso de los transeúntes, desviarlos de sus rutas habituales, crear el deseo de saber, de recordar, de cuestionar: prácticas desvalorizadas por el neoliberalismo hegemónico.
Plaza de Nelson Mandela, al lado del CSrOA La Quimera: otro cartel de la misma serie, esta vez con un perfil de la activista puertorriqueña Sylvia Rivera (1951-2002), co-fundadora de la Street Transgender Action Revolutionaries (STAR), una red de apoyo mutuo entre drag queens de color y sin techo, ubicada en 12 Street on 640 East, en la Nueva York de la década de los 70.
Lavapiés, Madrid, 1 Enero 2016.
Carteles que generan preguntas. No tanto por quién los hizo, sino mas bien a partir de su propia materialidad y presencia en la calle: ¿se trata de una serie en progreso, a ser continuada? ¿son lo que queda de una serie? Carteles en la calle: artefactos efímeros, no pensados para durar: abiertos a la interacción con la lluvia, el polvo, la calle, los transeúntes.
Lavapiés, Madrid, 16 enero 2016.
¿Son intervenciones aisladas? ¿qué encuentros posibilitan? ¿qué prácticas y luchas globales conectan en el Madrid del austericidio neoliberal? SIn duda, luchas y prácticas por la defensa de la vida y la liberta que cruzan fronteras: alianzas por la vida, desafiando las jerarquías de las especies (Jill Phipps), alianzas por la vida, desafiando las jerarquías del patriarcado heteronormativo, de la clase, y de la raza (Sylvia Rivera).
Los carteles invitan también a preguntarse por los circuitos de estas prácticas de recuperación y circulación de acciones de mujeres, trans y bolleras en defensa de la vida y la libertad: las calles y las redes. Una práctica similar la llevan a cabo en la red las “Anarkoefemérides: mujer y memoria” en el blog Mujeres sin fronteras…y sin bozal. La idea ahí también es “hacer memoria”, “saca[ndo] a la luz”, en este caso, la historia de mujeres libertarias cuyas acciones no están registradas en “la historiografía clásica”: práctica de documentación y narración, en el ciberespacio, de una historia de mujeres libertarias.
Tomar fotos de los carteles en la calle y hacerlos circular por la red. Esfuerzo de documentación, esfuerzo narrativo: esfuerzo de archivo. En “Archive and Aspiration“, Arjun Appadurai propone considerar todo tipo de documentación como una forma de intervención, y toda tarea de archivo como una especie de proyecto colectivo: el archivo como aspiración, no como recolección: el archivo como sitio material de una voluntad colectiva por recordar. Y la práctica del recordar como una de las bases para imaginar futuros habitables: en este caso, entonces, por los menos, estos carteles y sus diferentes circuitos de circulación interpelan a los transeúntes a imaginar futuros otros a la homogeneidad reductora y al mito del “there is no alternative” del neoliberalismo.