Salir del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante a la calle. Ir de Villavieja a Barceló, a Balseta, a Viriato y bajar por Villavieja a la izquierda. Graffiti, tags, marcas. Escrituras y formas que producen la vida en las calles. Espacios vividos, en este caso fuera de los marcos institucionales. En ese tramo hay una figura que se repite:
Vuela sin firma, dejando de lado el nombre propio y su peso insoportable de vida privada e identidad civil. Flotando, aparece como una marca, un significante, un medio usado para circular por la calle. No importa qué signifique. No es necesario descifrarlo: la fuerza del graffiti en la construcción del espacio urbano residiría, siguiendo a Baudrillard (1990), en el vacío de mensaje: no denotan ni connotan: “en cuanto significantes vacíos, hacen irrupción en la esfera de los signos plenos de la ciudad, y los disuelven con su sola presencia” (93). Dice más: el graffiti intuye que la ideología “ya no funciona a nivel de los significados políticos, sino a nivel de los significantes” (94). Serían formas que confrontan los imaginarios establecidos a nivel del significante.
Alicante, 29 de Julio, 2016.