Graffiti circulando sobre ruedas por la ciudad: tags, íconos, símbolos que se encuentran a través del tiempo sobre la superficie de camiones y permiten a las transeúntes alejar la vista y la mente del bombardeo publicitario del consumismo que asola las calles de Madrid. Graffiti sobre ruedas: graffiti trucks circulando por barrios, avenidas, calles: alguien se ha tomado el tiempo y el trabajo de pensar un diseño y ejecutarlo para el espacio público. Prácticas de deseo que se comparten con otros, sin dinero de por medio.
Puño feminista, tag y Smak47. Arganzuela, Madrid, 17 de Septiembre, 2016.
En Lo que el dinero no puede comprar. Los límites morales del mercado (2013), Michael Sandler observa que en las últimas dos décadas hemos visto cómo la publicidad comercial ha venido colonizando cada área de nuestras vidas, empezando a circular más allá de sus ubicaciones habituales, como lo fueran las revistas, la radio, la televisión o los periódicos (184). Uno de los numerosos ejemplos de Sandler son las agencias de publicidad que te pagan hasta 900 USD por dejar envolver tu automóvil con un material de vinilo que lleva los logotipos y nombres de productos como detergentes, teléfonos móviles o bebidas energéticas. Los anunciantes estiman que conduciendo estos coches convertidos en soportes publicitarios por la ciudad permite que sus mensajes comerciales pueden ser vistos hasta por 70,000 personas al día (186-187).
Graffiti móvil: fuera del circuito del dinero, circulando por la ciudad sobre camiones, tags, íconos y símbolos conjugan lenguajes visuales que les recuerdan a esas 70,000 personas al día que hay otros deseos por que no pasan por el consumismo y que hay otras maneras de habitar la ciudad.
Taem54, Curruncho, Elams, F.W. Arganzuela, Madrid, 2 de Octubre, 2016.