Caminando por el lado este de Arturo Soria, en un vecindario residencial algo impersonal en Madrid, nos dimos con tres graffiti que, leídos como una serie, interpelan a los paseantes no como consumidores sino como agentes creativos. Escribiendo con marcadores de punta fina, los escritores escogieron ubicaciones estratégicas para emitir sus mensajes. El primero vino en la forma de un slogan declarativo sobre una de las caras de un buzón de correo:
“La TV es arresto domiciliario y kamelo rutinario”. El slogan ha estado circulando ya por cierto tiempo (ver aquí y aquí) en el estado español.
En una posible respuesta, este slogan exhortativo en Continue reading