El Paseo del Salón de Isabel II aparece como un espacio tranquilo, alejado del ruido turístico del centro de Segovia esa mañana de junio de 2017. No lo conocías. Te acercas al borde y te detienes para mirar el paisaje. Árboles, un parking, casas. Nada fuera de lo habitual. Y de repente, la escritura sobre el muro, interviniendo rotunda en la certidumbre del paisaje: No estás sola. A la derecha, N26.
No estás sola| N26 | Segovia 2 de junio, 2017
Sonríes: escritura sin permiso, graffiti feministas que van produciendo un clima de empoderamiento y comunidad desde el muro de contención cerca al parking. Son parte de las luchas feministas contemporáneas contra las violencias de género a nivel planetario. Acciones feministas de base; feminismos en la calle. En gran tamaño y muy visibles, escritas en aerosol blanco, en mayúsculas y con borde negro, las inscripciones atraen la atención de quien se detenga a admirar el paisaje. Las activistas producen una comunidad imaginada de protección desde ese spot, extendiéndose desde el muro hasta el Paseo, pasando al resto de la ciudad, a este post a y a las redes globales. Producen presencia. (Para ver otras tomas de estos graffiti, entrar aquí, aquí y aquí).
“No estás sola”, como declaración local y global, dialoga con las pegatinas que estas u otras activistas colocaron sin permiso en varios postes en la ciudad, evidentemente como parte de las campañas para crear conciencia sobre las violencias de género.
Rectángulos de un mismo tamaño, de colores diferentes, con preguntas impresas en negro, dirigidas directamente a hombres sobre su participación en violencias de género cotidianas, desde invasiones del espacio a agresiones físicas: ¿Crees que los cuerpos de las mujeres están a tu disposición? | Si una chica te dices que no ¿sigues insistiendo? | “Ayudas” o haces las cosas de casa? | ¿Descargas tu ira con un objeto para no pegarle? | Si te saca de quicio ¿empujas, zarandeas, agarras del cuello, pellizcas, acorralas?| ¿Has justificado a un amigo que es un maltratador? La forma de las preguntas no es acusatoria: tampoco dan por sentada una participación en esas prácticas por el hecho de identificarse como hombre: simplemente interrogan a los paseantes. Estas pegatinas circulan por la ciudad de forma anónima. Su objetivo es abrir un espacio de reflexión.
El uso de postes como soporte para pegar mensajes de concientización y visibilización de conductas cotidianas es una práctica de calle habitual de algunas activistas feministas en Segovia y en otros lugares del planeta. Desde lo alto, capturan la atención de residentes y visitantes. También de paso por esta ciudad en 2016, me encontré con el trabajo de La Brigada Violeta, colectivo autodefinido como feminista, antifascista y anticapitalista no mixto de Segovia: esa vez me encontré con una serie de carteles con mensajes impresos en tinta negra sobre papel blanco, y su logo, para la Campaña del #25N.
Campaña del #25N | Segovia Junio 2016 | Activistas: Brigada Violeta Segovia
Aquí los mensajes incluyen declaraciones empoderantes de resonancia global–Basta ya | Ni una más |No queremos ni una menos; exhortaciones a toda la sociedad: Paremos la violencia machista; e interpelaciones directas a hombres agresores: Violencia machista es que penséis que nuestro cuerpo es vuestro.
Andar por Segovia: encuentros con las prácticas de sus activismos feministas. Van creando una sociedad otra. Desde esa producción sin permiso de las calles, con y sin firma, Segovia es una extensión de lo que la socióloga Saskia Sassen llama calle global: “un espacio donde las nuevas formas sociales y políticas pueden ser realizadas” (2015).